jueves, 11 de enero de 2018

Ciencia, espiritualidad y religión

Ante todo, deseo abordar este tema, al igual que los demás, a la luz de mis experiencias personales en el camino del crecimiento personal. Hago la aclaratoria porque este artículo no pretende instruir ni mucho menos convencer a nadie de alguna verdad.

Honro las creencias y elecciones que cada quien pueda tener en estos aspectos, así como el nivel de conciencia que lo ha llevado a tomar, mantener o cambiar su elección. Considero que en el mundo entero, las claves para todo entendimiento siguen siendo el respeto y la tolerancia.

Si hay algo a lo que nos debemos mostrar intolerantes, es a la violencia. De manera que solo pretendo compartir las conclusiones a las que he llegado al día de hoy y que pueden no ser las mismas mañana.

Son muchos quienes creen que hablar de espiritualidad es hablar de religión. La religión, en general (que no hay concepto exacto), es la organización estructurada de creencias y prácticas comunes en torno a lo "divino". A través de estas creencias y prácticas se procura regular la relación del ser humano con lo divino o lo sobrenatural.

Para mí la espiritualidad es todo aquello que te lleva a conectar y a dejar salir (para actuar en consecuencia), la sabiduría, el amor, la compasión, la paciencia, la humildad y todos aquellos atributos maestros que existen en nuestro interior, siendo la meditación y la naturaleza unas grandes maestras para lograrlo. Por tanto, se puede cultivar la espiritualidad, lejos de las creencias religiosas.

De hecho, a lo largo de mi vida he conocido a muchas personas que no profesan ninguna fe religiosa o que incluso se llaman a sí mismas "ateas", que están más cerca de la espiritualidad, la iluminación o una conciencia elevada, que muchos religiosos practicantes.

Ahora bien, el concepto que más me gusta usar es el de "evolución de la conciencia", para evitar las confusiones que otros términos pueden ocasionar en relación a prejuicios y creencias y porque ciertamente me parece el más acertado.

Lo que sí considero que están más estrechamente relacionadas son la ciencia y la espiritualidad.


Aquello que llamamos milagros, espiritual o sobrenatural, tiene fundamentos científicos aún no descubiertos (aunque ya hay grandes avances), y a medida que evolucione la ciencia y el estado de la tecnología, se irá conociendo su funcionamiento y revolucionará los campos de la ciencia, en especial el de la medicina.

Hace 200 años, el ver la imagen de alguien hablando a través de un teléfono celular podía ser considerado un truco de magia, un milagro o un objeto del "demonio" que atrapa almas. Probablemente en tan solo 50 años (que no es nada para la historia de la humanidad), muchas de nuestras creencias y enfoques habrán cambiado radicalmente, en especial en torno a las creencias que tenemos de los procesos de autosanación.


Y cuando hablo de ciencia no me refiero a la concepción Newtoniana de la realidad, que se centra en lo material y "tangible". 

Hablo de la ciencia del siglo XXI que evoluciona con la física cuántica y que ha demostrado que en lo micro, la realidad del átomo y del mundo subatómico, es que todo es energía como bien lo afirmaba Albert Einstein. 

Somos seres energéticos, físicos, emocionales y mentales. Somos Seres integrales y a medida que la ciencia y la comprensión humana aborden todas estas dimensiones del Ser como un todo, podremos desarrollar mayores y mejores potencialidades.

2 comentarios:

  1. Pues sí, que camino tan largo ha de recorrer la humanidad para llegar a la comprensión de lo que realmente somos... la humanidad cambiará (y para bien... espero) cuando todo esto se empiece a enseñar a los niños en todos los colegios del mundo :-)

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    1. Totalmente de acuerdo. El ser humano es un ser integral y así debe serlo su educación.

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