Ante todo,
deseo abordar este tema, al igual que los demás, a la luz de mis experiencias
personales en el camino del crecimiento personal. Hago la aclaratoria porque
este artículo no pretende instruir ni mucho menos convencer a nadie de alguna
verdad.
Honro las
creencias y elecciones que cada quien pueda tener en estos aspectos, así como
el nivel de conciencia que lo ha llevado a tomar, mantener o cambiar su
elección. Considero que en el mundo entero, las claves para todo entendimiento
siguen siendo el respeto y la tolerancia.
Si hay algo a lo que nos debemos mostrar
intolerantes, es a la violencia. De manera que solo pretendo compartir las conclusiones a las que he
llegado al día de hoy y que pueden no ser las mismas mañana.
Son muchos
quienes creen que hablar de espiritualidad es hablar de religión. La religión,
en general (que no hay concepto exacto), es la organización estructurada de
creencias y prácticas comunes en torno a lo "divino". A través de estas
creencias y prácticas se procura regular la relación del ser humano con lo
divino o lo sobrenatural.
Para mí la
espiritualidad es todo aquello que te lleva a conectar y a dejar salir (para
actuar en consecuencia), la sabiduría, el amor, la compasión, la paciencia, la
humildad y todos aquellos atributos maestros que existen en nuestro interior,
siendo la meditación y la naturaleza unas grandes maestras para lograrlo. Por
tanto, se puede cultivar la
espiritualidad, lejos de las creencias religiosas.
De hecho, a
lo largo de mi vida he conocido a muchas personas que no profesan ninguna fe
religiosa o que incluso se llaman a sí mismas "ateas", que están más
cerca de la espiritualidad, la iluminación o una conciencia elevada, que muchos
religiosos practicantes.
Ahora bien, el concepto que más me gusta usar es el de "evolución de la conciencia", para evitar las confusiones que otros términos pueden ocasionar en relación a prejuicios y creencias y porque ciertamente me parece el más acertado.
Lo que sí considero que están más estrechamente relacionadas son la ciencia y la espiritualidad.
Aquello que
llamamos milagros, espiritual o sobrenatural, tiene fundamentos científicos aún
no descubiertos (aunque ya hay grandes avances), y a medida que evolucione la ciencia y el estado de la tecnología,
se irá conociendo su funcionamiento y revolucionará los campos de la ciencia,
en especial el de la medicina.
Hace 200
años, el ver la imagen de alguien hablando a través de un teléfono celular
podía ser considerado un truco de magia, un milagro o un objeto del
"demonio" que atrapa almas. Probablemente en tan solo 50 años (que no
es nada para la historia de la humanidad), muchas de nuestras creencias y
enfoques habrán cambiado radicalmente, en especial en torno a las creencias que
tenemos de los procesos de autosanación.
Y cuando hablo
de ciencia no me refiero a la concepción Newtoniana de la realidad, que se
centra en lo material y "tangible".
Hablo de la ciencia del siglo XXI
que evoluciona con la física cuántica y que ha demostrado que en lo micro, la
realidad del átomo y del mundo subatómico, es que todo es energía como bien lo afirmaba Albert Einstein.
Somos seres
energéticos, físicos, emocionales y mentales. Somos Seres integrales y a medida
que la ciencia y la comprensión humana aborden todas estas dimensiones del Ser como
un todo, podremos desarrollar mayores y mejores potencialidades.
Pues sí, que camino tan largo ha de recorrer la humanidad para llegar a la comprensión de lo que realmente somos... la humanidad cambiará (y para bien... espero) cuando todo esto se empiece a enseñar a los niños en todos los colegios del mundo :-)
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. El ser humano es un ser integral y así debe serlo su educación.
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